martes, 3 de abril de 2007

Una vez Scout, siempre Scout

Hace casi treinta años, tomaba con mi mano izquierda la Bandera Nacional y alzaba la derecha elevando tres dedos hacia el cielo, y con voz temblorosa comencé a decir: "Por mi honor y con la Gracia de Dios PROMETO...." Tal vez en ese momento no me daba cuenta de cuán importante sería en mi vida lo que estaba haciendo. No solamente cumplía con un formalismo, todo lo contrario ESTABA HACIENDO UNA OPCIÓN DE VIDA.
La Ley, que tuve que recitar ese lluvioso 25 de Mayo de 1977, se convirtió en la forma en la que quería vivir.
Tuve el placer y el honor de conocer grandes scouts, ninguno de ellos famoso, pero todos ellos orgullosos de sentirse herederos del legado de B.P.
Hoy no estoy en actividad, aunque gracias a nuestra Ruca, vivo "desde adentro" el Gran Juego, pero Dios me regaló una familia en la que mi esposa es Baloo, mi hija mayor es Guía, mi segundo hijo Scout y el más pequeño en pocos meses será cachorro de la manada.
Tal vez porque me pongo viejo me pongo también nostálgico, pero a esta genial creación de un viejo General Pacífico le debo todo lo que soy.
Larga vida, prosperidad y felicidad al Movimiento Scout y que los hombres no separemos lo que un Gigante como B.P. creó.
LOBO SOLITARIO

1 comentario:

Grupo Centenario dijo...

Cuantos recuerdos me despertó el comentario de Lobo Solitario, me recordó aquel atardecer de otoño de hace 38 años, cuando Chajá Veloz mi Jefe de Tropa me hizo aquella pregunta: queres ser scout? Despues vinieron las renovaciones de promesa como Scouter, como Rover, en provincia y en nación, pero la primera es la que se queda grabada a fuego en nuestra memoria y en nuestro espíritu; me parece ver a Chajá Veloz (Ricardo Balbuena) que hoy está en el campamento celestial, de espaldas al mastil, con el rojo atardecer tras el, una pequeña mesa delante suyo sostenía las pañoletas y parches de promesa de los tres aspirantes que esperábamos temblorosos a que nos llamara; frente a la mesa tres antorchas formaban un triángulo en el que nos situaríamos para extender la mano izquierda hacia la bandera y la derecha con los tres dedos apuntando al cielo.
Aún conservo el aro con que sujeté a mi cuello la pañoleta en esa ceremonia, el mismo aro que usó mi hija mayor cuando dió su promesa de ardilla 28 años mas tarde y Dios mediante será el que use en su promesa mi hijo menor cuando tenga edad de ser lobato.
Zorro Solitario